miércoles, 15 de abril de 2009

El recalentamiento climático amenaza también a las aves migratorias

El recalentamiento climático global, al ampliar la ruta de muchas aves migratorias entre África y el norte de Europa, puede tener consecuencias devastadoras para estas especies, señala un estudio británico publicado este miércoles.
La distancia del viaje de algunos pájaros migrantes hacia el norte, en busca de alimentos y las condiciones climáticas favorables, podría prolongarse hasta en 400 km, según un estudio dirigido por Stephen Willis, de la Universidad de Durham, Gran Bretaña.
"Estos 'maratones' podrían ser incluso más largos para algunas especies de aves", anota Willis. "Es una mala noticia para una especie como la curruca zarcera o grisette (Sylvia communis), para la que la distancia es una amenaza adicional", añade.
Los autores del estudio, publicado en el Journal of Biogeography, estudiaron la ruta de migración de 17 especies de currucas, un pájaro canoro común en Europa.
Con la ayuda de modelos informáticos, los investigadores descubrieron que las zonas de reproducción de las currucas se iban a desplazar más al norte, mientras que sus zonas de invernación se mantenían constantes para la mayoría de las especies, lo que significa trayectos más largos. Nueve de 17 especies, incluidas las de cruzan el Sáhara, deberán efectuar viajes más largos en el horizonte 2071-2100.
Unos 500 millones de aves migratorias, algunas de las cuales sólo pesan 9 gramos, recorren miles de kilómetros entre África y Europa cada año. Para soportar estas distancias, algunas llegan a duplicar su peso antes de la partida, mientras otras logran reducir sus órganos internos para gastar menos energía.
"Estas pequeñas aves realizan viajes increíbles, empujando al máximo sus límites de resistencia. Todo lo que haga el viaje más largo las pone en peligro", afirma el coautor del estudio, Rhys Green.
Actualmente ya, algunas especies de aves como la curruca de cabeza negra (Sylvia atricapilla) han comenzado a adaptarse y ya no migran más, pasando todos los inviernos en Inglaterra. Pero este comportamiento de adaptación sigue siendo excepcional, indica el estudio.